Enanismo emocional
De cuando uno se queda, se tranca, se paraliza... No quiero nada, ni superar, ni pensar, ni decidir, ni entender, ni hablar.
Se me detuvo el crecimiento y así me quedo, el tesoro de la adultez que me desvelaba conquistar ya perdió el brillo.
Fantasmas llenos de traumas intentan, bajo acuerdos sanguíneos, pegarme sus pestes: "No gracias, no las quiero cargar". De fondo "...quieras o no estas adentro..."