Glamorosa basofia: marzo 2007

jueves, marzo 22, 2007

Príncipes azules

Contrariando los conceptos que se nos metieron por los poros en la infancia a través de esos malditos cuentos de hadas y las glucosadas películas de Disney, el príncipe azul con el que todas las mujeres soñamos dista bastante de ser amable, caballero, valiente, bien parecido y cariñoso.
El príncipe azul real es aquel hombre que despierta en nosotras aquel instinto que nos convence impunemente de que es real la posibilidad de que ellos cambien y también de que nosotras y nadie más, seremos las responsables de ese renacimiento.

Aquí un crisol de príncipes azules a los que ninguna puede resistirse:

El croto neohippie intelectualoide:
Muchacho sospechosamente atractivo que atenta contra su equilibrio estético con acciones como no bañarse, no cortarse el pelo por años, no limpiar la mugre que se acumula debajo de las uñas, no afeitarse la barba y acumular olor a rancio en ella.
Posiblemente lo conozcas en algún ambiente de pensamiento como la facultad, el grupo de teatro o el de terapia. Seguro es el de las ideas mas voladas y poco practicas pero su inmensidad y su ilimitada imaginación rebuscada e inédita es una de las armas mas poderosas que esconde debajo del poncho mugriento que recubre su huesudo cuerpo.
Vive con su madre o en el mejor de los casos en un mono ambiente mohoso. Nunca tiene un peso y siempre manguea cigarrillos.
Un alma libre, sin compromisos -ni ninguna necesidad de ellos-, que puede revolver de la manera mas violenta los deseos de cualquier mujer que añora el drástico cambio de su príncipe azul.

Cuarentón con privilegios:
De chico probablemente haya sido relegado por el séquito femenino par que lo rodeaba y completamente enquistado por la parte vaginal de su familia.
Puede que haya sido un flaco desgarvado o un pequeño pony obesito al que nadie miraba más que con ternura.
Hermanas, tías, madres, amigas de la madre lo asechan constantemente y arreglan sus dobladillos y cabello de forma compulsiva. Su mama le compra la colonia Paco y la camisa celeste para que vaya a los asaltos y desea febril que las niñas mueran por su hijito.
El alimento de su auto estima nunca pasaba del clásico "si sos el nene mas lindo de tu clase, como que las chicas no te miran?" "lo que pasa es que te tienen envidia, sos un caballero y no una bestia como esos".
Finalmente, con la pubertad y el dinero que pudo robar de los bolsillos de sus padres, logró colocar su pene en algunos sitios mas o menos decentes, pero eso no le alcanzó para definirse.
Tiempo después, halló una mujer astuta que supo ver mas allá del chico bueno. Posiblemente se haya casado o formalizado con ella, hasta puede haber tenido hijos. Pequeños que le resultaron increíbles pero no tanto como para llenar el vacío que todavía arrastra.
Esa mujer carente de belleza extraordinaria pero llena de percepción como para darse cuenta del potencial macho que tenía entre sus brazos. Esa mujer que tenía paciencia de monje para esperar que su hombre explote de una vez, pero inocencia de ama de casa para creer que cuando ocurra el cambio de paradigma esperado seguirá siendo ella y nadie mas la mujer que él deseaba.
Ahora, tiene mas de 35 pero menos de 50 y descubrió de qué iba la cosa finalmente. Obtuvo la señal de alerta en sus neuronas y descubrió que era mucho mas divertido salir al mundo que quedarse en casa rogándole sexo oral a una esposa ya fastidiada que se cansó de esperar.
El poder adquisitivo como para rozar con lo metro sexual, el encanto de un caballero y lo más importante: el poder de su experimentado órgano reproductor.
Mujeriego incurable, príncipe azul reluciente. Mas que obvio, quien le saca de la boca la manzana al Adán que no piensa parar hasta hacer compota?

El casado:
De adolescente fue el más mujeriego de su grupo de estúpidos amigos. Siempre de novio con alguna chiruza encantada con su galán super canchero que le prometía el casamiento, los hijos y la casa de dos pisos. Nunca pudo evitar perder los ojos en todos los culos que desfilaban por el boliche que frecuentaba en su salida aparentemente legal "con los chicos".
Prometió abandonar la vida de pirata cuando dió el sí frente al Juez de Paz, su armoniosa novia depilada completamente por primera vez y el mismísimo Jesucristo, pero no fue así.
Lleva más de 10 años de casado y una amante cada seis meses. Continúa sus conquistas al grito de "no me separo por los chicos" y conoce todos los telos de Buenos Aires y el conurbano. Si su status se lo permite, es posible que tenga un bulín, pero mucho no le gusta la sensación, por lo tanto, intenta bajo todo concepto que su chica ilusionada de turno tenga un lugar propio del cual pueda disparar en cuanto la eyaculación se concrete.
Su integridad mental es tal siempre y cuando tenga alguna muchacha que gaste la mitad de su sueldo en ropa interior para él, lo espere en todo momento y esté dispuesta a verlo aunque sean las 4 de la mañana de un martes en el estacionamiento de un supermercado Norte.
Otro, nunca se va separar, aunque lo prometa y lo lo jure y re jure por su madre muerta de cáncer. Ni siquiera es real el cuento que dice que casi logra hablar con su mujer pero que justo los interrumpió su dulce niña de 8 años con un "te quiero papi, no te vayas nunca". Lo más triste es que la mujer amante piensa exactamente lo mismo cada vez que lo ve partir.

Por ahora, estos estereotipos. Proximamente, los demás modelitos para ir conociendo quienes son aquellos que te pueden cagar la vida.