Los enamorados
La impresión que cada uno tiene del amor, es la última. Perdura hasta que un nuevo figurín se recorta del resto para sustituir a las viejas latas que ni el gerente más berreta de Canal 9 pondría en el aire.
Claro que la situación no será del todo equilibrada y mucho menos fluida en tanto y en cuanto se de la crisis esperable producto de la lucha entre lo nuevo y lo viejo.
Es lógico que en los primeros tiempos del nuevo amor, los partícipes mantengan los modismos del anterior, los tratos efectivos que fueron útiles en el pasado y hasta quizas cosas tan propias como el modo de acariciarse. No dará demasiado que hablar, ya que a la mayoría le gustan más o menos las mismas cosas y claro está que lo físico es fácilmente adaptable.
Pero, es válido decir que también será habitual la traición de los reclamos que no habían encontrado cauce en su tiempo y que volverán disfrazados de nuevos para caer directamente sobre el inocente sustituto. Las cuentas sin pagar se entrometen indignas entre los guiones renovados de la última novela.
Dificil tarea la de los enamorados que intentan controlar las riñas entre lo nuevo y lo viejo. El antaño discute con la vanguardia con intenciones letales y amenaza su continuidad con la chapa que le da el tiempo, el añejamiento que le concede un sabor único. Aunque lo nuevo también cuenta con armas poderosas como la pasión firme de cualquier principio, la intriga propia de la exploración del nuevo ser y las promesas proselitistas que todavía cuentan con la ilusión del par.
Superar lo viejo, patearle la boca y seguir adelante. Enfrentar lo nuevo y arriesgarse a cambiar una imagen por otra que reemplace los viejos temores por unos nuevos, tan nuevos que aún conservan la etiqueta del precio.
Elegir al sustituto y devorar los nuevos sabores que sacuden las estanterías y renuevan las diapositivas del amor. Serle fiel a la tendencia natural humana de emparejarse, aunque despareja, tiene mucha más gracia que hundirse en los irresueltos. Revolverse el pelo en el viento de cambio agradece la magia mucho más que la gomina dura e impenetrable de los vencidos con sellos rojos. Aunque dure poco, aunque no sea como esperábamos, aunque no te haga llegar flores el 14 de febrero.
Nomás quería decirles eso. Gracias